Mostrarle a tus clientes lo que tu empresa puede ofrecer es indispensable para involucrarlos. La propuesta de valor relaciona los aspectos más destacados de una empresa y la posiciona entre sus consumidores, lo que mejora su capacidad para resolver los problemas que ellos tienen.
Una parte clave de esto es la propuesta de valor, una herramienta estratégica simple que tiene una alta capacidad para generar engagement en las personas interesadas en la empresa. Sin embargo, para tener esta eficiencia necesita estar bien construida. Definir una buena propuesta de valor es el primer paso para mostrar cómo puede tu empresa satisfacer a un cliente de nicho de manera eficiente y precisa.
Un nuevo negocio exige una serie de esfuerzos, planificación y, principalmente, un gran posicionamiento ante el mercado y el público.
Sin embargo, pocas personas saben cómo desarrollar este posicionamiento de la manera correcta. Existe un estándar específico que permite un resultado más preciso y con mejores chances de atraer a más clientes.
La propuesta de valor es una práctica original de marketing que tiene como objetivo darle al cliente una idea clara, concisa y transparente de cómo un negocio en particular puede ser relevante para él.
Desarrollar esta idea es uno de los pasos clave de cualquier estrategias de planificación. Es un error comenzar un nuevo negocio sin tener este concepto bien formulado.
Cada empresa se funda sobre la base de pilares de actuación y de prácticas ante el mercado y el público. Estas ideas deben guiar la propuesta de valor y a partir de ellas este negocio ofrecerá sus productos o servicios al público.
Cuando se desarrolla la propuesta, se entiende qué es lo que ofrecerá la empresa, por lo que es esencial ser muy transparente en este contenido.
En este tipo de presentación, existe una gran tendencia a fortalecer a la empresa frente al mercado, demostrando por qué elegir a tu compañía y no la competencia.
Por supuesto, para destacar tu trabajo no es necesario, mucho menos recomendado, despreciar a los otros participantes del mercado. El cliente desea saber por qué tu negocio debe ser su elección y no por qué no elegir a tus competidores.
O sea, lo importante es reforzar cómo una empresa puede resolver el problema de su audiencia. En este punto es esencial señalar brevemente la solución necesaria y, también, detallar la incomodidad o insatisfacción causada por el dolor del cliente.
A partir de esto, entonces, se debe demostrar la capacidad del producto o servicio para resolver el problema y brindar satisfacción.
Los beneficios de lo que ofrece tu empresa deben ser destacados, ya que son los diferenciales de tu negocio. Esas son las razones principales por las que el consumidor debe elegir a tu empresa y no a los competidores, que a menudo son tan competentes como tú.
Con el crecimiento de lo digital y, especialmente de los ecommerces, la propuesta de valor se volvió más relevante para las empresas.
Al visitar un sitio, ya sea institucional u online, el consumidor busca comprender cómo puede ayudarlo esa empresa. En ese momento, la propuesta de valor es un recurso que puede conquistar la continuidad o el abandono del usuario.
El impacto que genera este recurso es relevante y, debido a eso, lo hace crucial para las empresas. Dado esto, la propuesta debe ser accesible y muy visible para que pueda ser fácilmente encontrada.
Otro punto que marca la diferencia es la presentación. Un diseño interesante y la buena estructuración de la información y las imágenes aumentan el engagement de tu audiencia.
Si este nivel es alcanzado, aumentan las posibilidades de que el cliente entienda por qué debería comprarle a tu negocio.
Una propuesta de valor con buenas posibilidades de crear engagement debe estar centrada en el cliente. Este es un verdadero desafío ya que habla de una empresa, pero debe ser lo suficientemente profundo como para mostrar todas las formas de ventaja que este negocio puede proporcionar.
Ya sea en ventas o en servicio, el consumidor siempre será el foco, después de todo, él será quien disfrutará de la solución. Esto deja claro cómo la propuesta de valor debe tener una orientación adecuada como una herramienta indispensable.
Puede ser un gran error pensar que los buenos productos son suficientes para ganarse a los clientes. Ellos también quieren una explicación detallada para dar el próximo paso con seguridad.
El consumidor 3.0 o prosumidor es un concepto muy importante y ayuda a comprender cómo la propuesta de valor bien ejecutada se vuelve, aún, más relevante.
Hoy en día, estamos buscando más que un buen producto que se pueda comprar, ya que la experiencia es lo que tiene más valor.
El avance de la era digital y todos sus recursos han aumentado considerablemente el nivel de la demanda y la atención de los consumidores.
Antes de realizar una compra, el usuario de Internet buscará referencias y más información sobre una empresa. El contenido es parte de la rutina del consumidor y busca en estas bases la certeza que necesita para invertir en artículos y servicios.
La propuesta de valor es un excelente recurso para entregar esta información de manera clara y con el posicionamiento que necesita el público, es decir, con una indicación precisa de cómo puede satisfacer sus demandas.
¿Sabe tu empresa lo que realmente le importa al consumidor? Los parámetros son extensos y tienen diferentes orígenes. Con cada solución a un problema, una persona busca valores diferentes y eso es, precisamente, lo que la propuesta debe abordar.
Frente a lo que busca el cliente potencial, el contenido debe presentar con precisión de qué manera el producto o servicio ayudará al comprador.
Sin embargo, una buena propuesta depende de la identificación de los elementos de valor más comunes para el consumidor.
Esto es exactamente lo que hizo la consultora Bain & Company, al determinar estos elementos dentro de cuatro categorías:
Una propuesta de valor tiene parámetros fundamentales para tener un buen desempeño en el momento en que llega al consumidor. Esto en su construcción, tiene aspectos fundamentales y conceptuales.
Por ejemplo, si vendes zapatillas para correr debes demostrarle al consumidor que encontrará exactamente el producto y la eficiencia que él está buscando.
Cada uno de estos aspectos debe incluirse en la propuesta para que, cuando sea leída, claramente se comprenda que estos requisitos se han cumplido debidamente.
Al cumplir con estos requisitos, puedes confirmar que tu propuesta de valor tiene una base sólida y que es capaz de provocar engagement. A continuación, descubre cuáles son estos aspectos indispensables.
Cuanto más clara sea la propuesta, más fácil será transmitir el mensaje al consumidor. Es esencial que entiendas la misión de tu empresa al ofrecer un servicio o producto.
Por lo tanto, si vendes zapatillas de alto rendimiento para personas a las que le gusta correr, esta idea central debe ser clara sin que el lector de la propuesta tenga que realizar grandes esfuerzos para comprenderla.
La claridad es uno de los principales parámetros de un buen contenido de comunicación.
En el caso de un texto comercial, la rápida comprensión del consumidor significa que la empresa tenía la preocupación de ser directa y objetiva al hablar de sí misma. Apreciar este impacto inmediato y simplificado es muy importante.
Cada negocio trabaja con un público objetivo bien definido lo que determina un lenguaje que debe ser específico de esa relación.
Cuando sabes con quién hablas, naturalmente tienes que comunicarte de la manera más adecuada y el lenguaje tiene un impacto directo en eso.
Al tener esto en cuenta tu empresa estará más cerca de su audiencia, con un enfoque más natural y apropiado.
Si el público objetivo es más joven, por ejemplo, es posible utilizar un lenguaje más claro e incluso más profundo en la propuesta.
Cuanto más adecuado sea el lenguaje mayor será el engagement que provocarás. De esa forma, muestra que tu empresa es realmente nativa de su segmento y entiende a su audiencia.
La propuesta debe ser totalmente adecuada y basada en lo que hace la empresa, sin intentar mejorar aún más sus cualidades. Esta exageración podría resultar en un escape de la realidad, por ejemplo.
Otro punto clave es tener sinceridad y objetividad al describir cómo los servicios o el producto pueden ayudar al dolor de este público objetivo. La transparencia tiene un gran valor en la propuesta.
Al darse cuenta de esto, el consumidor se siente más seguro y entiende que puede esperar exactamente lo que se describe.
Esta franqueza e imparcialidad son elementos que favorecen enormemente la aceptación y la cercanía entre el consumidor y la marca.
La propuesta también debe dirigir al consumidor a lo que encontrará en el contacto con tu empresa.
Esta es la mejor manera de ser objetivo en este contacto con la propuesta de valor, que a menudo puede ser el primer contenido que esta persona consume en una relación con la empresa.
Es también en ese momento que el valor debe ser reforzado y destacado. Para ello, se deben mostrar los diferenciales.
Entre ellos podemos destacar: envío gratuito, precio por debajo del mercado, grandes métodos de pago y una serie de otras ventajas realmente valiosas para el consumidor.
Una buena propuesta de valor debe seguir una estructura estándar, compuesta por elementos que hacen que la lectura sea más intuitiva, práctica y que le brinde al consumidor la información que realmente necesita.
Cada uno de estos elementos refuerza la relevancia del contenido y ayuda a enriquecer la propuesta. ¡Conoce cada uno de ellos a continuación!
La parte principal de la propuesta, el título debe ser sucinto, pero debe aportar información sobre lo que hace tu empresa en un máximo de 2 frases.
Para enriquecerlo, las marcas, a menudo, usan frases impactantes que captan la atención del lector con una entonación sofisticada. Siguiendo con el ejemplo de la tienda de zapatillas, este título podría ser algo como:
«Las mejores zapatillas deportivas para que tu rendimiento no tenga barreras».
El subtítulo es la sección donde la propuesta es más detallada, con información más específica sobre el negocio.
En general, alrededor de 3 líneas son suficientes para hablar más sobre lo que hace una empresa, a quién va dirigido el producto y qué beneficios aporta.
por ejemplo: «un buen rendimiento, cuando corres, depende directamente de una zapatilla capaz de convertir el impacto en propulsión.
Nuestras zapatillas de deporte pueden aumentar tu habilidad y resistencia mientras practicas ayudándote, de esa forma, a superar tus propios límites».
Los bulletpoints tienen el poder de captar la atención del lector, ya que se destacan del resto del texto.
Son temas en los que la empresa resaltará los beneficios principales del producto, indicando cómo satisfacen las necesidades del consumidor.
En el ejemplo de la empresa de calzado podríamos trabajar de la siguiente manera:
El atractivo visual es de gran importancia cuando impulsa campañas e información dentro de un sitio web.
Deben usarse para dar más énfasis a la propuesta de valor, siempre ilustrando la idea que se aborda en el contenido escrito. Lo importante es que se refuerza el mensaje principal.